El sacerdote de Múzquiz, Juan Alberto García Mendoza, consideró que no se puede tener una postura conformista con la desgracia o lo mal que ande la juventud, ni justificarlo, sino hacer algo al respecto, es decir, que los padres no vean ésta como una situación que domina a los hijos, sino que, ante los signos o manifestaciones de dicha intención invertir a la familia tiempo de calidad, unidad, un momento para rezar al menos un Padre Nuestro ir al catecismo o Eucaristía, que aportaría muchos beneficios.

Mencionó que una cosa es que se pierdan los valores lo que significa que se puedan recuperar, y otra cosa es haberlos aniquilado lo que ya es imposible rescatar, por lo que además pidió no escudarse en la familia para divertirse en festejos desagradables que además terminan en tragedia por discusiones, y la ingesta de drogas o alcohol.

García Mendoza, dijo que, “a la vida se le enfrenta, no se le huye, solo que algunas personas no aceptan las manos de auxilio que encuentran a su alrededor, se cree lo que dicen las personas que a diferencia de los padres no buscan su bien, son renuentes a escuchar las voces de salvación, siendo para ellos más fácil apostarle al mal haciendo un mundo de fantasía e incoherente, que al bien obedeciendo a retos absurdos en lugar de apostarle a la vida.

Respecto a que en el pasado la Iglesia Católica no aceptaba a los suicidas por considerar que morían en lo que se sigue considerando el pecado más grande del mundo, por atentar contra la vida, expuso “no podemos ser jueces, el único es Dios, y hay que acercar a ésas personas a la Iglesia para pedir por su descanso eterno, le imploramos a Dios misericordia por aquel que pondremos en su mano y él juzgará, dicha persona ha tomado una mala decisión y no se sabe qué sucedió en su mente pues se lleva su secreto a la tumba”.

Mientras que Mónica Avilés Fuentes, titular del Instituto Municipal de las Mujeres en Múzquiz, pidió a la ciudadanía buscar atención sicológica ante las situaciones que vive la familia destacando que “hay pacientes con un estado emocional cambiante, bajo estado de ánimo, sintomatología de depresión, y sí se les ha ayudado a salir de dicha situación, influyendo el entorno social, familiar y el consumo de drogas como el alcohol para tomar la decisión de quitarse la vida”.

Advirtió que hay que tener más límites en casa, porque los hijos quieren hacer lo que quieren con sus padres, reconociendo que muchos están al cuidado de otros familiares y no directamente de sus papás por cuestiones laborales.